Derek Redmon era el favorito para ganar los 400 m. en los Juegos Olímpicos de Barcelona. Mientras corría a toda velocidad se lastimó el tendón cayendo al suelo de dolor. A pesar de todo se levantó y empezó a andar cojeando hacia la meta.
Un hombre se abrió paso hasta la pista luchando entre los guardias de seguridad. Era su padre.
"No tienes que hacer esto, hijo" le dijo. "Sí, tengo que hacerlo" le respondió. "Pues bien, hagámoslo... juntos."
Y con una gran ovación cruzaron juntos la meta.
El dolor es temporal, darse por vencido es para siempre.
8 comentarios:
Uf, los pelos de punta.
Es como dices. Y me quito el sombrero...menudo post.
Chapeau!!
Ahí con la musiquita, eh? un nudo en la garganta, jajajaja....
Chapeau por Derek, sí.
Pues yo no lo recordaba, fíjate, aunque sí que lo había visto en algún que otro anuncio publicitario.
Dicen que marcaron un antes y un después en los Juegos Olímpicos en cuanto a organización, sobretodo. Un modelo que fue copiado en juegos posteriores.... Made in Catalunya, és clar.
Yo, por la tele, y gracias.
Besitos.
El sentido del deber, asumir la responsabilidad, echarse a las espaldas el peso de la mirada de los demás, hace que hagamos aquello que no estamos obligados a hacer, hace que seamos capaces de seguir avanzando. Y es que, a veces, hacemos más por los demás que por uno mismo.
Gracias por este vídeo, Mag. Un saludo.
Haciendo por los demás hacemos, sin darnos cuenta, lo mejor para nosotros mismos.
A tí, Escultor. Saludos.
Una entrada maravillosa que me ha hecho llorar. Un padre que sabe como ayudar a su hijo, ojalá todos los padres supiéramos como ayudarles en el momento en que lo necesitan.
Sí, es emocionante, Estrella. También ojalá los hijos nos dejásemos ayudar.
Un saludo.
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