miércoles, 3 de febrero de 2010

el guasón

Siempre sentí intriga por esa carta. Esa mezcla de juglar y bufón que puede adoptar cualquier rostro le ha dado siempre otra dimensión a los juegos de naipes. Quizá por eso prescindan de él en los torneos de poker: incrementaría exponencialmente las combinaciones dejando al jugador a ciegas con sus oponentes. Pero, ¿qué esconde esa sonrisa?. En las cartas del Tarot se compara a el Joker con El Loco, que forma parte de los Arcanos Mayores. El Loco es un joven que combina sabiduría e insensatez, hace las cosas al tuntún pero, curiosamente, están bien hechas y es normal que sean así. Es un arquetipo itinerante que deriva por el alma como un nómada, representa un principio de movimiento instintivo, "loco", opuesto a todo sedentarismo de la conciencia, a toda acomodación del ego. Es la virtud de ver el entorno de una manera diferente, con mente abierta, facilidad para inventar historias y habilidad creativa. También puede verse negativamente, como la otra cara del soberano, su contraparte mundana, un simple bufón de corte que hace de espía del rey. Por eso, El Loco presenta una dimensión doble: invita por un lado a la liberación de la energía creativa, pero también puede desviarnos del camino y convertirnos en vagabundos sin norte.
El Joker se ríe de sí mismo pero sobretodo, por no llorar, se ríe de los demás. Porque sabe que, tachándolo de loco, no gozan del don del libre albedrío que él tiene por naturaleza. Yo haría lo mismo.

9 comentarios:

e dijo...

En el Código Penal francés de 1810, la locura se planteaba como una fórmula mágica contra los delitos. De acuerdo con este Código, si el infractor se hallaba en estado de demencia en el momento de la comisión del delito, no podía siquiera encausársele por los actos, con lo que no es que la locura atenuase penas y castigos, sino que directamente hacía desaparecer el delito. La aplicación de esta norma fue derivando y acabó interpretándose como que los presuntos delincuentes serían tanto menos culpables cuanto más locos. Desde finales del XIX, las divisiones de la población han querido aislar al loco del ciudadano, desclasificando al primero como tal, y así se establecía la diferencia loco/no-loco de modo paralelo a peligroso/inofensivo, ilegítimo/legítimo, enfermo/sano, anormal/normal. Por supuesto, hubo que desarrollar métodos para reconocer al loco, o de otro modo los centros de asilo psiquiátrico se hubiesen quedado o bien sin pacientes o bien sin personal. Y tras el reconocimiento, el encierro y la vigilancia. Aislado en celdas, separado por muros de otros seres, queda sólo la frente en disposición axial en torno al guardia. La falta de comunicación entre los locos, supuestamente, facilita el orden, y la conciencia de la situación propia ante la vigilancia, aun cuando falte el guardia, provoca una efectividad de nuevo casi mágica del confinamiento y del poder.
No es una vida fácil la del loco.

&& dijo...

Ya era hora!!!

Un poco de locura nunca viene mal.

Anónimo dijo...

La verdadera locura, quiza no sea otra cosa que la sabiduria misma, canzada de descubrir la verguenzas del mundo, ha tomado la inteligente decision de volverse loca.
(Heinrich Heine)

mágico dijo...

e (mmm....esther?):

Gracias. Cualquier vida que caiga en la indiferencia y el olvido no es nada fácil.

Jordi:

Mientras sólo sea un poco... no problem.

Anónimo:

No conocía la cita pero lo resume todo. Gracias.

t@no74 dijo...

ahí, ahí......sacando partido al cursillo. No os volváis locos, que la locura no tiene cura...seguimos en contacto Mágico!!!

Cineverch dijo...

"La locura puede ser un don y tener un don puede ser una locura"

(Miguel Verchili)

mágico dijo...

Yo creo que lo hace todo el vino... don Simón, por supuesto.

Anónimo dijo...

ERES ÚNICO, ROCKWAITER
E2

:3 dijo...

Existe el cuerdo?