Edward Mordrake era un inglés que tenía un rostro extra en la nuca. De acuerdo a las historias que se cuentan de él, el rostro no podía hablar ni comer, pero podía reír y llorar. Solía hacer muecas de burla cuando hablaba. Edward suplicó a los médicos que le extrajeran este gemelo demoníaco porque, supuestamente, le susurraba cosas horribles por las noches, pero ningún médico se atrevió a intentarlo. Se suicidó con 23 años.
5 comentarios:
Terrible historia.
Bss.
Tela marinera!!
Me parece que no le quedaba otra opción.
¡Pobre tipo! Es una historia increíble.
Abrazos.
Una historia dramática. Me llamó la atención porque lo relacioné con la esquizofrenia. Quizá sea el único caso empíricamente demostrable.
Un saludo, chicos.
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